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La historia de Emma: cirugía de espina bífida con la ayuda de su sangre del cordón umbilical
La pequeña Emma nació en 2015. Durante el embarazo, sus padres conocieron que su bebé tenía malformaciones en la columna vertebral. El diagnóstico fue de espina bífida, que se determinó a las 35 semanas de gestación.
Posteriormente, tuvieron complicaciones para encontrar un hospital que les atendieran en el parto debido a ese pronóstico, “solo los médicos del Hospital de Maternidad No. 5 en Kiev acordaron realizar una cesárea si encontrábamos un neurocirujano que operase inmediatamente a mi hija. Pavel Plavskiy fue el neurocirujano y quien además indicó que era necesario recolectar la sangre del cordón umbilical, porque ayudaría a nuestra hija durante la operación«.
Pocas horas después del nacimiento, Emma fue trasladada al área de neurocirugía del hospital especializado de Okhmatdet. “La operación fue muy complicada» El cirujano tuvo que colocar la médula espinal en la posición correcta y extraer la hernia. La recuperación después de la operación fue rápida y lo suficientemente alentadora. En un mes, Emma fue dada de alta del hospital, y lo peor había pasado.
Daria, mamá de Emma, se siente «tranquila de que todo salió tan bien, gracias en gran parte al uso de sangre del cordón umbilical». El neurocirujano Dr. Plavskiy realizó una tesis en el que 39 niños con espina bífida recibieron infusiones intravenosas de su sangre del cordón umbilical autólogo. Este tipo de cirugía se realiza casi inmediatamente después del nacimiento, y la sangre del cordón umbilical se administró en estado fresco. El motivo para administrar la sangre del cordón umbilical durante la cirugía fue reponer la pérdida de sangre y estimular la reparación mediada por células madre.
En ese estudio, los niños fueron evaluados durante 16 meses después de la cirugía y demostraron una mejora tanto en el rango de movimiento como en las funciones de los órganos pélvicos. Hoy, Emma debe continuar con exámenes médicos regulares.